
Trash, ladrones de esperanza

Dun director como Daldry sólo se puede esperar lo mejor, aunque no sea muy apreciado por los críticos, quizá por su estilo académico, clásico dirían algunos, que en estos tiempos se cotiza a la baja. Pero para los desmemoriados cabe recordar que suyas son dos películas tan inolvidables como valiosas como “Las Horas” y “El Lector!”, que sea casualidad o causalidad tienen como protagonistas a mujeres y hombres en situaciones críticas. En “Trash” cambia totalmente de registro sino emocional sí ambiental y temporal. Como un periodista con cámara y conciencia, como un cineasta de las cinematografías periféricas, comprometido con su realidad, Daldry se traslada emocionalmente y físicamente a Brasil, a ese territorio donde sólo hay una única ley: la de la supervivencia y la humanidad también, aunque pocas veces se nombra. Dicho de otra manera: su territorio cinematográfico son las favelas bajo una perspectiva tan distinta, a alguno le puede parecer despreocupada, como interesante.
Por aquello de comparar, y de reducir las mentes de los espectadores, han comparado “Trash” con “Slumdog Millonaire”. Es una apreciación reduccionista y fácil. Es cierto que Daldry en vez de optar por un drama a carne abierta, opta por la vitalidad de los jóvenes que estando en el estrato más bajo del Brasil más inclemente, sobreviven con una sonrisa y un punto de inconsciencia que les hace soportar una realidad agreste cuando no destructiva. En ella están, y en ella intentan sobreponerse, a veces con elecciones equivocadas, a veces acertadas. Lo bueno de la película de Daldry es que no juzga, sólo registra con su cámara una realidad con demasiadas aristas como para ser dramatizada hasta la tragedia o ser ensalzada gratuitamente. Él hace una especie de ejercicio de docudrama que afortunadamente le sale bien, por la honestidad de su propuesta, por las ansias de desdramatizar para desde ello, llevar al espectador al fondo de su conciencia. Dicho de otra manera: los desposeídos también ríen, aunque no resta hondura a su drama.
Película tan honesta como irregular, la apuesta de Daldry tiene su valor por ser un documento cinematográfico honrado, sin pretensiones de denuncia, pero tampoco con vitolas de banalidad. Sólo pretende ser un documento que intenta ser virgen ante una realidad con múltiples ángulos, tan compleja, como sesgada, se trate como se trate. Captar una realidad tan compleja es titánica y esa no es la labor de esta cinta.©
Director: : Stephen Daldry
Intérpretes: Rickson Tevez, Eduardo Luiz.
María García
Colaboradora de la revista Crítica - Cine -.

Las migraciones en un mundo globalizado
El monográfico trata sobre los movimientos de población en la actualidad, la inmigración y emigración más cercana, tras nuestras fronteras, también más allá de ellas, la realidad que se corresponde al mundo globalizado en el que vivimos. ¿Cuáles son los datos más actuales sobre la inmigración y la emigración?, ¿Qué perspectiva se espera en un futuro cercano?, ¿Cuál es la situación en España?, ¿Cómo es la situación de los refugiados en nuestro país?, ¿Qué hay detrás de las mafias que trafican con personas?, ¿Conocemos cuál es la realidad de la infancia que emigra?, ¿Qué suponen las devoluciones en caliente y en qué punto se encuentra éste planteamiento?... Muchas preguntas que atenazan una situación en el que las diferencias son cada vez más acuciadas entre aquellos que lo tienen todo y los que no tienen nada. En un mundo globalizado toda circunstancia nos atañe a todos ya que éstas no entienden de líneas fronterizas.
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